Caja XL
Esta escultura perteneciente a la serie “Caja” es como una rayuela. Una multitud de piezas sirven para crear una imagen. Pero a la vez cada una de ellas tiene una identidad propia. Piensen en un puzle. Cada ficha, en sí misma, posee sentido pero solo alcanza su verdadero valor cuando todas se reúnen y se ajustan de una manera propia y única. Caja XL es el resultado de una conversación fructífera y sincera entre el escultor y el acero. Una imagen pulida a la búsqueda del encuentro perfecto de todos sus elementos. Si nos fijamos en los detalles veremos cómo se buscan y hallan con precisión las líneas que definen la escultura. Todos sus planos. En esos encuentros habita la geometría, la proporción y la belleza.
Todo artista intenta mandar sobre su trabajo pero en muchas ocasiones son las obras, por sí mismas, quienes guían su propio destino. Caja XL tiene ese punto de partida. Por eso no pedía ningún color sino mantener la limpieza pura del acero. La chispa brillante de la lija y el pulido. Como si manara de una fuente de agua clara y cristalina. Sin duda la escultura semeja un viaje a los orígenes. Pues bien, ese eterno retorno nos lleva también a la línea del horizonte. Un tema que han tratado de descifrar desde Richard Serra a Eduardo Chillida. Caja XL también bebe en ese arroyo. Si nos acercamos a ella vemos que sus piezas encajan buscando, siempre, la línea horizontal. Compitiendo, en ese duelo imposible, con el horizonte. Esa es su ambición, aunque se situé a ras de suelo. Ya lo contaba Joan Miró: “Trabajo pisando la tierra para que la fuerza me entre por los pies. Y la mirada esté abierta al mundo”. Hablamos de una escultura libre, en la que la masa pareciera que ha dejado de existir y hubiera sido reemplazada por un equilibrio perfecto entre volumen y vacío. La escultura, heredera de la mirada minimalista de Donald Judd, se acomoda en infinidad de ritmos y relaciones entre sí. Cada pieza parece dialogar con su continua o, más lejos, con su distante. Es lo mismo. Porque, como un ser vivo, todas las partes se encuentran interconectadas en una geometría compleja pero a la vez sencilla y rotunda.
Detengámonos ahora. La pieza ya está terminada. Lejos de la necesaria tiranía del taller parece tomar sentido de su propia existencia. Pulida, desprovista de pintura y describiendo su irresoluble ecuación entre hueco y vacío. Una invitación a la vista y al tacto. Caja XL.