La transformación de siete edificios de más de cien años formando una manzana en el casco histórico de Madrid es el proyecto de rehabilitación que ha desarrollado el Estudio Lamela, conservando su carácter y adaptándolo, en su interior, a nuevos usos.

El conjunto cuenta con un hotel de lujo, el Four Seasons de Madrid, en cuyo vestíbulo de acceso se identifica un punto de atracción el cual articula el espacio.

Este espacio me recuerda a las antiguas corralas madrileñas y me inspira para proponer un objeto que atraiga la atención, que nada tenga que ver con la arquitectura que lo rodea: ni los elementos arquitectónicos clásicos, ni los materiales, tampoco la forma, ni el volumen, ni los colores del entorno construido.  Precisamente por contraposición, la arquitectura que lo rodea da forma a mi propuesta, …, más bien la deforma.

La escultura es una composición formada por cuatro prismas iguales, entrelazados sutilmente, no queriéndose tocar, ayudándose uno al otro, primero a no caer y después a despegar…, una búsqueda del equilibrio.

En estos últimos años he estado muy interesado en la creación de objetos fruto de la suma de muchos iguales que generan una nueva entidad, esta estrategia se convierte en una herramienta muy potente con la que puedo preservar las propiedades formales del elemento de partida, y a su vez desarrollar una plástica sin límites.

La base sobre la que se propone apoyar la escultura es una gran superficie de espejo, dotando al conjunto de cierta magia y misterio…, pero esto, hoy, “no viene a cuento.”